Un puente de arco es
un puente con apoyos situados en los extremos de la luz a salvar,
entre los cuales se dispone una estructura con forma de arco con la
que se transmiten las cargas. El tablero puede estar apoyado o colgado de esta
estructura principal, dando origen a distintos tipos de puentes arco en función
de la posición relativa del tablero respecto al arco.
Los puentes en arco trabajan transfiriendo el peso propio del puente y las
sobrecargas de uso hacia los apoyos mediante la compresión del arco, donde se transforman en un empuje horizontal y una carga
vertical. Normalmente la esbeltez del arco (relación entre la flecha máxima y la luz) es alta,
haciendo que los esfuerzos horizontales sean mucho mayores que los verticales.
Por este motivo son adecuados en sitios donde las cimentaciones de los apoyos
son capaces de proporcionar una buena resistencia al empuje horizontal.
Cuando la distancia a salvar es grande pueden estar hechos con una serie de
arcos, aunque lo habitual en la actualidad es utilizar otras estructuras más
económicas. Los antiguos romanos ya planeaban estructuras con múltiples arcos
para construir puentes y acueductos.
Este tipo de puentes fueron inventados por los antiguos
griegos, quienes los
construyeron en piedra. Más tarde los romanos usaron cemento en sus puentes de arco. Algunos de aquellos
antiguos puentes siguen estando en pie. Los romanos usaron solamente puentes de
arco de medio punto, pero se pueden construir puentes más largos y esbeltos
mediante figuras elípticas o de catenaria invertida.
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